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En la dirección, organización y gestión de cualquier empresa, conseguir que el entorno laboral sea agradable y que los trabajadores estén motivados y disfruten trabajando es fundamental para el buen funcionamiento de la misma. En la actualidad, cada vez más organizaciones han tomado la decisión firme de gestionar y desarrollar a sus personas de un modo más humano y positivo.

Estas organizaciones no solo han tomado estas decisiones porque consideren que deben hacerlo éticamente, si no que, además, han descubierto que en muchos casos es el único modo de desarrollar la organización, mejorar los niveles de calidad en la ejecución y sobrevivir y adelantarse a la competencia en entornos inestables.

¿Y si se trata de una organización del sector sanitario?

En la gestión sanitaria, la necesidad de favorecer una actitud positiva en los equipos entre dirigentes, profesionales sanitarios y pacientes se multiplica. Como sabemos, ha sido demostrado en diferentes ocasiones que un buen método de gestión sanitaria que favorezca la parte más humana de los profesionales sanitarios impacta en su salud emocional y física y, por tanto, tiene incidencia en los resultados sanitarios.

El equipo sanitario: sonrisa visible de la gestión sanitaria

Los profesionales sanitarios están sometido a situaciones complicadas en su día a día en el trabajo. Estas situaciones, que en definitiva demandan del profesional grandes niveles de exigencia tanto física como mental, son capaces de causar estrés debido a la elevada carga de trabajo y a la intensidad de algunas situaciones .

Para ayudar desde los puestos de responsabilidad y gestión sanitaria a que las personas mantengan sus niveles de motivación, o crezcan y prevenir situaciones negativas para su propia salud hay algunas acciones que se pueden llevar a cabo:

  • Iniciar un cambio de actitud a nivel institucional para fomentar la apertura de ideas y propuestas de mejora continua. No se necesita de grandes inversiones o acciones para impactar en el estado de ánimo y la confianza organizacional. Pequeños detalles enfocados a impactar con emociones positivas a los colaboradores puede ser una medida positiva de inicio sobre la que construir un hábito saludable.
  • Apostar por la conciliación. ¿Es tu gestión sanitara familiarmente responsable? Somos conscientes de que el sector sanitario quizá no permite altos niveles de flexibilidad, como muchos otros sectores pero, sin embargo, el reto es conseguir apoyar a las personas para que su desarrollo profesional no implique un perjuicio de su esfera personal. Lo cierto es que este tipo de medidas motivan, hacen sentir satisfacción y atraen al talento.
  • Favorecer las buenas relaciones laborales con una comunicación corporativa transparente y una gestión sanitaria accesible. La comunicación es la piedra angular sobre la que vira todo lo que la gente percibe sobre una organización. Imaginemos pues la importancia que toma este punto cuando hablamos de comunicación hacia dentro de la organización. Es muy habitual que las organizaciones (quienes las dirigeen) o los jefes de equipo piensen que hay normas, convenios sociales, costumbres o necesidades que son conocidas por todos los miembros del mismo, pero sin embargo, eso no es necesariamente así. Es importante comunicar todo aquello que ocurre dentro de la organización, así como explicar de forma clara y sencilla y por el mejor canal aquellas cosas que tienen relación con los colaboradores. Además, fomentar la comunicación entre departamentos y/o servicios es una de las primeras bases imprescindibles para la gestión del conocimiento de una organización.
  • Ofrecer el mejor entorno. Somos conocedores de que los espacios físicos impactan en las emociones y sentimientos de las personas. Diseñar un entorno lo más amable posible tanto para nuestros equipos como para los pacientes, beneficiará tanto la actitud positiva de los profesionales como la de los pacientes y sus familiares. Es aún más importante si se trabaja con niños enfermos, en cuyo caso crear espacios de ocio y juego es esencial y responsable.
  • Fomentar el espíritu de trabajo en equipo. Cada persona del equipo de trabajo ha de sentirse pieza fundamental del engranaje sanitario. ¿Cómo se consigue? Con un modelo de gestión sanitaria que se esfuerce porque todos los trabajadores sean conscientes de su contribución a la misión organizacional, generando así un sentimiento de pertenencia al equipo y de contribución al mismo. Aunque, en primer lugar, es imprescindible ayudar a los responsables de equipo a hacer comprender a sus colaboradores cual es su papel, su importancia y cómo están conectados con el resto de servicios.

La actitud positiva, ¿nace o se hace? Evidentemente, hay personas más optimistas por naturaleza que otras, pero es esencial apostar por el aprendizaje continuo para gestionar un equipo con actitud positiva. Las personas, como los equipos y las organizaciones se cuentan una historia de su pasado que condiciona su actitud en el presente y en el futuro. Que el equipo desarrolle habilidades de resiliencia mediante el aprendizaje de otras situaciones puede marcar una diferencia en momentos de crisis o verdadera tensión.

Lo cierto es que uno de los sectores que más impacto tienen en la sociedad es la Sanidad. Por ello, parece sencillo pensar que si desde la gestión sanitaria, se empieza a crear una tendencia instaurando una cultura corporativa fuerte y arraigada que contemple el lado humano positivo y lo desarrolle dando un papel a muchos profesionales de algo más allá que solo el cumplimiento de tareas estaríamos ante una oportunidad de cambiar muchas mentalidades.

Pero debemos recordar que estas medidas o acciones no solo son interesantes por el beneficio que pueden reportar al accionista, si no desde la perspectiva holística de stakeholders como el colaborador por el que se trabaja para disminuir en la medida de lo posible que esas situaciones de estrés o los efectos colaterales de la gestión del hospital pueda desencadenar en bajos niveles de salud psicosocial, o en extremos, síndrome de estar quemado (burnout)

Una creencia muy potenciadora en ese sentido es trabajar con los equipos desde la perspectiva de que la labor del sanitario no reside únicamente en curar y evitar enfermedades, si no en ayudar a los pacientes a afrontar las mismas con actitud positiva, trabajando en equipo por conseguir el máximo bienestar para cada caso en particular.

Diferente bibliograría e investigación habla de que las emociones tienen un gran poder e impacto en el lado físico de las personas y, además, son contagiosas. Con lo cual no parece una tontería pensar que si la la gestión sanitaria genera una actitud positiva a su equipo, el equipo lo contagia al paciente.

Vygon, ha implantado en su organización en España un modelo de gestión que apuesta por las personas a través de la integración de diferentes modelos de gestión: Dirección por Misiones, Políticas de Psicología Positiva Organizacional, estilo de liderazgo Lider-Lider y Gestión por Competencias.

¿Quieres saber cómo lo hace?

Visita su web para descubrirlo. Además, en nuestro blog encontrarás otros ejemplos sobre proyectos que apuestan por una gestión sanitaria con actitud positiva.

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